
Título original: Roma
Año: 2018
Duración: 135 min.
País: México México
Dirección: Alfonso Cuarón
Guion: Alfonso Cuarón
Roma es la nueva película del director de cine mexicano Alfonso Cuarón. Es una película producida por Netflix que se estrenó el pasado 14 de Diciembre de 2018. Es una película que tenía muchas ganas de ver porque este director nunca me deja indiferente. Sus películas, muy eclécticas si las comparamos entre ellas, son obras a tener siempre muy en cuenta y Roma no podía ser menos, o al menos eso esperaba.
No voy a hablar aquí del ya tan trillado tema de las producciones de Netflix, de las desafortunadas decisiones de ciertos festivales de cine con respecto a sus producciones, ni de ese tipo de asuntos. Eso se lo dejo a los podcasters que lo hacen muy bien. Me quiero centrar en hablar de la película, del arte del cine y no de la industria.
Roma
Es una película que deja huella. Durante los primeros minutos de la cinta el espectador puede tener la impresión de que no está pasando nada. Simplemente se muestran momentos, aparentemente banales, de la vida de algunas personas. Nada demasiado llamativo o fuera de lo normal, sólo situaciones aleatorias de personas cualquiera. Entonces uno podría preguntarse ¿qué diferencia esta película de salir a la calle a observar a la gente o mirar el interior de sus casas a través de una ventana?
Creo que eso es parte de la genialidad de este película, poder hablar de ciertos asuntos, a cuál más profundo, desde la trivialidad de los momentos de cualquier persona, sin buscar grandes conflictos, llamativos hitos o intrincadas tramas. Desde la sencillez y una cotidianidad que todos podemos reconocer, nos habla de importantes verdades de la vida humana: Las diferencias de clases, el miedo, el amor, la protección, la maternidad, el engaño, el odio, la revolución y otros muchos interesantes aspectos de nuestras vidas.
El modo de hacerlo es sutil, suave, en la mayoría de los casos, desde un punto de vista del impacto visual y aparentemente inocuo. Creo que juega un papel importante el bagaje audiovisual que hoy en día tiene el espectador medio, acostumbrado a consumir horas y horas de productos cinematográficos y televisivos por semana. De modo que en comparación con una película de Marvel, en Roma puede dar la sensación de que no está pasando nada, cuando es justo al contrario, es en esas películas llenas de azúcar en las que realmente no pasa nada interesante desde el punto de vista del ser humano como especie. Al menos así lo veo yo.
Dirección
La dirección de Cuarón es sólida. Sabe lo que hace y lo que quiere. No le tiembla el pulso, y eso se nota en la película. Es una película que va al grano, va a lo que busca y además lo hace sin prisa. Hay planos que son casi de cámara de seguridad, que ni siquiera acompañan el movimiento de los personajes, como se hacía en el cine clásico para no revelar la presencia de una cámara. No sé qué quería expresar con ese tipo de planos, personalmente no me dicen mucho, al menos los que tienen lugar en el interior de la casa. Pero imagino que lo que trataba de transmitir con esos planos tan técnicos es que la vida ocurre al otro lado de la cámara sin descanso. Cada segundo que marca el reloj es un instante en la vida de todo el mundo en el que aunque no ocurran eventos relevantes, siempre hay algo que ver, que hacer, qué sentir o incluso que atender. Y esos planos son el reflejo de los momentos de la vida sobre los que normalmente nadie haría una película.
Luego hay planos simplemente magistrales, como el de la playa: un travelling impresionante de ida y vuelta en el que la historia se mueve por una montaña rusa emocional de dos sentidos, los mismos que describe el movimiento de la cámara. Un plano secuencia en el que la técnica queda completamente empañada por las enormes dosis de realidad y dramatismo que se derraman ante nosotros. Uno no puede más que aguantar la respiración ante tremenda secuencia.
La dirección de actores es también un punto muy importante que merece la pena ser mencionado. La película muestra una familia, con criadas incluídas dentro de este sistema, que se ve tan natural y tan fluído que a uno le cuesta creer que lo que está viendo sean varios actores trabajando. Hay varios niños que hacen que todo parezca tan real y tan sincero que convierte a Roma en una película tan creíble como tus encuentros con tus vecinos en el ascensor.
Cuarón hablaba con los actores, incluidos los niños, por separado. De forma que el resto no conocía cuales eran las instrucciones que el director les había dado al resto del elenco. Se ponía a rodar y hacía varias tomas, modificando las directrices que les había dado . No seguían un guión, sino que les daba un mapa de acciones y reacciones ante las posibles acciones de los demás. De modo que se creaba un complejo sistema de comportamientos y posibilidades que le dan a las secuencias montadas una naturalidad y un realismo difíciles de encontrar en la mayoría de las películas. El espectador es testigo de situaciones familiares propias de un documental.
Agua
El símbolo más potente de esta película es sin duda el agua. Utiliza este elemento como hilo conductor y como elemento de cambio. A la vez se produce sobre ella el reflejo de las cosas que están lejos del alcance de la mano. La superficie del agua marca la frontera que existe entre lo cotidiano y los sueños, entre lo que podemos tocar y las nubes. El agua en la película es un símbolo de cambio, el agua es vida, es muerte es la diferencia entre el antes y el después, es un elemento que revela la verdad, que nos dice quienes somos. Un elemento sutil pero que lleva todo el peso de de la historia.
Conclusiones
Roma es una gran película. Es una película templada que nos habla de la vida misma y de las relaciones humanas. Todo en un contexto histórico y social muy determinado que ayuda a contar ciertas cosas. La fotografía en blanco y negro es hermosa y está tratada con mucho cuidado.
Roma es una película que nos habla de la fortaleza de las mujeres y su, muchas veces, infravalorada labor en la sociedad. Nos enseña que somos una especie de seres sociales que dependemos por completo del papel que la mujer juega en nuestro mundo. Pero sobre todo, creo que Roma es un canto a la vida, es como una de tantas canciones que en la antigüedad se le hacía a la naturaleza. Sin pedir nada, sin reivindicar nada, simplemente un reconocimiento al incesante bullir de vida y del tiempo.
Película recomendada para los amantes del cine y para esas personas a las que les gusta disfrutar del arte sin prisas ni expectativas.
Dejar una contestacion