Black Summer | Crítica, reseña y opinión de una de las mejores series de Zombis

Esta es un reseña libre de Spoilers, de modo que si no has visto la serie, o la tienes a medias, puedes leer sin miedo.

Black Summer es la nueva serie de Netflix ambientada en un apocalipsis Zombi. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol. Según esta lista hay al menos 58 series de televisión que tratan el género como tema principal o al menos se menciona en alguno de sus capítulos. De modo que a nadie le sorprende a estas alturas encontrar una nueva película o serie sobre zombis. El género ha encajado entre nosotros como un guante y ya todo el mundo sabe lo que es un muerto viviente.

Llueve sobre mojado

Cuando en 2012 publiqué mi novela, Reset, una historia distópica con temática zombi, el bum de las historias de zombis ya había pasado. Desde los años 70 la media era de unas 4 películas de zombis al año, a partir del año 2000 esta cifra se disparó viendo la luz cada vez más producciones. En 2005 se rodaron 22 películas de zombis. Estaba claro que el género gustaba y los amantes de este tipo de historias no paraban de crecer. Pero estaba claro que esta tendencia no podía seguir aumentando indefinidamente. A día de hoy hay cientos de películas de zombis, aquí os dejo una lista que pretende recogerlas todas, aunque seguramente falten muchas.

De manera que lo más normal cuando uno, en pleno 2019, se topa con una nueva serie de zombis, es que no le provoque ninguna nueva emoción y simplemente la deje pasar. Eso me pasó el otro día, cuando navegando por las novedades de Netflix encontré el cartel de Black Summer. La portada era atractiva, pero tampoco demasiado. No aportaba nada nuevo y era un reclamo más para los amantes de los apocalipsis. Lo que me animó a pinchar y darle una oportunidad no fue que pensase que podría encontrar una buena serie, en absoluto, simplemente fue una decisión que tomé para evitar esa molesta pérdida de tiempo que provoca la búsqueda interminable de algo nuevo. Así que pinché y ese nuevo universo cobró vida en la pantalla.

¿Puede ser la precuela de una serie mediocre un referente del género?

La respuesta es sí, sin duda. No hay ninguna regla o extraña maldición que impida esto y Black Summer es una excelente prueba de ello.

Black Summer es la precuela de Z Nation, una serie emitida inicialmente en SyFy y creada por Karl Schaefer y Craig Engler. Fue cancelada tras 5 temporadas. Personalmente no la he visto, sólo vi los dos primeros episodios y, aunque entretenida y atractiva por su temática, su calidad dejaba mucho que desear, no por su producción que cumplía su función, sino por el guión, la construcción de los personajes y las interpretaciones. De modo que la dejé rápido.

Black Summer es otra cosa y creo sinceramente que pasa por encima de Z Nation como una apisonadora. Sí, para decir esto tengo en cuenta que sólo vi dos episodios, así que baso esta categórica afirmación en las sensaciones que tuve durante el visionado de esas piezas. Es posible que Z Nation mejorase con la evolución de la serie y resultase ser otra cosa, quién sabe.

Black Summer se centra en los primeros momentos del apocalipsis, no se indica exactamente el marco temporal, pero seguramente tenga lugar sólo unos días, o como mucho unas semanas después del inicio de la pandemia. Si, como yo, eres de esas personas que lo que más te gusta de la ficción zombi es profundizar en los detalles de cómo se transforma el mundo de la noche a la mañana, cómo reacciona la gente ante un hecho tan desconcertante y cómo la supervivencia se convierte en el principal impulso de todo aquel que aún sigue con vida, esta es tu serie. Si no pudiste parpadear cuando veías la primera secuencia de Dawn of the Dead, la película de Snyder de 2004, no la de Romero, con Black Summer volverás a disfrutar de sensaciones parecidas.

Si no has visto esta maravilla a la que hago referencia, aquí la tienes para que la disfrutes. Y para los que la habéis visto sé que no podréis resistir darle al play para verla de nuevo.

Black Summer es una serie que te ofrece este tipo de situaciones y emociones sin descanso. Ojo, no estoy diciendo que se trate de capítulos llenos de acción trepidante de principio a fin, de hecho no es así. Seguramente mucha gente, sobre todo los más jóvenes, que están acostumbrados a un cine en el que la media de planos por minuto supera la veintena, digan que es una serie aburrida o lenta. Al final, y como todo, esto es cuestión de gustos, pero soy de la opinión de que la velocidad en la que se suceden los acontecimientos en una serie o en una película no influye ni en su calidad ni en su interés.

En esta serie ocurren muchas cosas, y aunque puedas estar viendo como una persona camina sola por una calle desierta durante más de veinte minutos, no significa que no esté pasando nada o que lo que ves sea aburrido. En esa caminata se están contando muchas cosas, puedes vivir el terror, el pánico y la angustia del personaje sin que tenga que decir ni una sola palabra.

Además, con el siempre interesante recurso de saltar sobre la línea temporal a placer, viviremos muchas situaciones contadas desde diferentes puntos de vista. Si sois de esas personas a las que los saltos en el tiempo os desconciertan y os hacen la trama confusa no os preocupéis, aquí es un recurso narrativo, no influye nada en la historia y lo entenderéis todo perfectamente.

Un lenguaje cinematográfico tan potente como original

No es una serie al uso. Me refiero a cómo la narrativa audiovisual nos cuenta las cosas. No se trata de la tan machacada fórmula de mostrar personajes completamente estereotipados teniendo conversaciones vacías que no importan a nadie o que discuten entre ellos para ver quien la tiene más grande. Yo la definiría como una serie silenciosa y eso me encanta. Hay pocos diálogos, aunque esto varia mucho de un capítulo a otro. Pero las conversaciones, tan importantes en la mayoría de obras cinematográficas, son completamente secundarias, sólo le aportan humanidad, pero no tienen la menor importancia. Lo que se digan los personajes entre sí no cambiará en absoluto lo que está ocurriendo alrededor, que es lo realmente intersante. De lo que nos habla la serie es de la esencia de la humanidad. Es un viaje al fondo de la mente humana y sobre todo, de nuestros instintos y nuestros anhelos más básicos. Es una historia que nos habla de la naturaleza, sin artificios ni complejidades. Vivir o morir, no hay nada más.

El estilo es, a mi parecer, bastante atípico pues es crudo en sus formas. Tiene un tono hiperrealista muy alejado de su predecesora Z Nation, que muchas veces era tan inverosímil que resultaba hasta cómica. Nada que ver con la mayoría de series que basan sus historias en los conflictos y amores que surgen entre unos y otros. La forma de narrar que encontrarás aquí prescinde de los diálogos para contar la historia. La historia se cuenta por sí misma a través de las imágenes y el sonido, en una situación tan dramática como la de esta historia las palabras no sirven para nada, sólo crean más problemas pues viviendo al límite es aún más difícil ponerse de acuerdo a la hora de tomar decisiones.  Para sobrevivir no hace falta hablar, sólo hay que estar alerta las 24 horas y saber cuando correr y cuando matar. La vida se encuentra en el equilibrio justo entre esas dos cosas.

Cuando te sientas ante el televisor te zambulles en el apocalipsis de un modo que pocas veces había ocurrido antes. Avanzas en la historia con el corazón encogido, con una angustia que no te suelta ni un segundo e inevitablement sufrirás los horrores del nuevo mundo de la mano de unos personajes tan aterrorizados como impotentes.

Me gusta ver por fin a personajes realmente sobrepasados por la situación, no como en la mayoría de producciones en los que los personajes son tan heroicos, tan valientes y tan resueltos que le quitan a la obra cualquier ápice de credibilidad que pudiera haber insinuado. Cuando uno ve una película en la que el mundo se ha ido por el retrete, lo que espera ver es gente profundamente afectada, para las que el humor no tiene el menor sentido.

Y esto me recuerda a otra gran secuencia de inicio. Desde mi punto de vista la mejor jamás rodada dentro del género: 28 semanas después. A uno se le hace un vacío en el estómago al ver esto.

Lo estoy pasando a lo grande escribiendo este artículo. La verdad es que no puedo entender de dónde vienen las emociones que este tipo de mundos ficticios me provocan, pero realmente es algo que me vuelve loco. Creo que, de alguna manera, nos hace conectar con un instinto primigenio que llevamos dentro en el mayor de los silencios.

Aprovechando que me he venido arriba os dejo con otro momento inolvidable. En esta ocasión se trata de Dead Set, una miniserie británica de 2008 que narraba el apocalipsis zombie desde la casa de gran hermano. Sé que a priori esto puede sonar fatal, pero os aseguro que la serie merece mucho la pena y se puede ver entera en menos de dos horas. Os dejo la escena final, lo que constituye un enorme spoiler si no la habéis visto, pero no he podido evitar volver a verla y quería compartirla con vosotros.

Miedo

Cuantas veces he escuchado que los zombis ya no dan miedo. Nos hemos desensibilizado de tanto verlos. Sabemos quienes son, cómo funcionan y cuales son sus mecanismos. Lo conocemos todo de ellos y eso nos ha hecho perderles el respeto y el miedo. Incluso cuando las producciones intentan rizar el rizo haciendo algo distinto como ocurrió en Guerra Mundial Z, el recurso surte efecto, pero tampoco nos morimos de miedo como cuando vimos en el cine 28 días después. Ya no es lo mismo. Y qué deciros de los zombis de Walking Dead, son aún menos terroríficos que los de Romero en su última etapa. Un zombi al que puedes ganar corriendo no da miedo, al menos así lo veo yo, siempre y cuando no sean demasiados y no estés rodeado.

Pues bien, amigos, en Black Summer los zombis han vuelto a aterrorizar al personal, y sin inventar nada nuevo, simplemente ofreciendo una narrativa diferente y haciendo un producto final más crudo y menos azucarado.

Black Summer es una joya inesperada

Si has llegado hasta aquí, entonces eres uno de los míos, y te puedo decir sin miedo a equivocarme que disfrutarás de esta serie, siempre y cuando un ritmo en ocasiones sin prisas no sea un problema para ti. La verdad es que hacía tiempo que había perdido la esperanza de volver al género con algo nuevo y renovado y encontrarme con Black Summer ha sido lo mejor de los últimos días, cinematográficamente hablando. Veía en los zombis un género agotado por saturación, pero parece ser que sigue habiendo grandes amantes del mismo con muchas ganas de revitalizarlo y darle un nuevo aire. Gracias Karl Schaefer y John Hyams.

Lo que más me gusta de esta serie es el silencio. Los planos, de corte casi documental sin llegar a serlo. Las secuencias en tiempo real que le hacen a uno saborear el ambiente y las situaciones como si estuvieras viviéndolas realmente. Y sobre todo, ver en la cara de los personajes el horror en el que están inmersos. Me gustaría destacar también la actuación de Jaime King, interpretando a Rose, que sin necesidad de decir nada expresa con maestría las consecuencias de un mundo devastado sobra una persona cualquiera, como tú y como yo.

Es increíble cómo las modas lo dirigen todo. La mayoría de artículos que he leído hasta ahora sobre Black Summer no pueden evitar comprarla con The walking dead, la fallida serie de AMC, que a pesar de no hacer justicia en absoluto al cómic de Robert kirkman en el que está basada, se ha convertido en la serie de zombis de la que todo el mundo habla. Y voy a aclarar este punto antes de seguir. Cuando me refiero a The Walking Dead como fallida es debido a que años después de empezar el cómic me enteré de que estaban preparando la producción de la serie de televisión. No podía creerlo, di saltos de alegría y seguí muy de cerca los avances de preproducción hasta que por fin se estrenó. Los que aprecian el excelente cómic sabrán de lo que hablo cuando digo que al ver la primera temporada de la serie de TV no pude sino echarme a llorar debido al destrozo y la mala interpretación que habían hecho en pos del éxito televisivo. Sólo vi la primera temporada y nunca tuve ganas de seguir con ella, pero lo que puedo decir es que Black Summer no tiene ni punto de comparación. Como he dicho antes, la forma de narrar no es en absoluto mainstream, no está hecha para las masas, y seguramente la mayoría de personas que no aprecian especialmente el género no entiendan esta forma de hacer cine.

No es oro todo lo que parece

Soy un apasionado de las cosas que me gustan, qué le vamos a hacer. Muchas veces me dejo llevar por la emoción de lo nuevo, de lo diferente, de lo que yo considero magistral o fuera de serie. Pero a pesar de mi fanatismo creo que soy capaz de analizar aquello de lo que me he enamorado con un flechazo certero y puedo ver los fallos y lo que podría mejorarse.

En el episodio 4. A solas,  hay un fallo de racord tan flagrante que parece incluso hecho a propósito. Sin embargo, viendo el desarrollo de los acontecimiento no es así, simplemente algo pasó en el rodaje y/o el montaje, y la mano destrozada que invalidaba parcialmente a uno de los protagonistas se cura por arte de magia como si nada hubiera pasado. Si me he perdido algo que lo explica, por favor decídmelo en los comentarios, porque cuando lo vi no podía creerlo.

De igual modo, en el capítulo 6. Atraco, ocurren cosas que no se llegan a entender del todo. Todo el desarrollo del capítulo está basado en acciones y decisiones que no tienen mucho sentido o no llegan a explicarse con claridad. Quizás el hecho de ser un episodio casi sin diálogos complica su comprensión. Culpo de esto a la dirección tanto en rodaje como en montaje, ya que el resultado final parece estar repleto de Deus ex machinas. Aún con todo, el capítulo es apasionante y me recordó al principio de Irreversible, la película de Gaspar Noé que nos voló a todos la cabeza en 2002, aunque salvando las distancias, por supuesto.

El último episodio

Es cierto que hay altibajos y por tanto hay algunos episodios mejores que otros. Según mi punto de vista, y teniendo en cuenta lo que he comentado más arriba sobre ciertas incongruencias en algunas de las acciones y decisiones de ciertos personajes, el penúltimo episodio puede parecer forzado según como se mire. Aún así, está lleno de tensión y sigue transmitiendo el mismo tono general que hay en toda la serie. Pero el éxtasis para los que de verdad disfrutamos viendo lo que ocurre en una ficción llena de zombis surge en el último capítulo.

Desde mi punto de vista esos 21 minutos son droga de la buena. Se me hace muy difícil expresar aquí lo que disfruté de ese capítulo sin hacer spoilers, pero os aseguro que mi cara debía de ser un poema, me faltó coger la tele con las dos manos y pegármela a la cara, o meterme dentro si hubiese sifo posible. En esos momentos lo único que quería era estar inmerso en esa maravillosa realidad paralela en la que sólo había humanos o zombis, ¿qué más se le puede pedir a un fin de fiesta?

Y el caramelito nos lo deja un final no explicado, abierto a interpretaciones y por consecuencia con Internet inundada de discusiones al respecto. Os invito a debatir sobre qué es lo que ocurre en los últimos minutos de la serie, en los comentarios.

Conclusiones

Si las películas de zombis son vuestra debilidad, dadle una oportunidad a esta maravilla y me contáis. Estaré encantado de leer vuestros comentarios y de discutir con vosotros nuestros puntos de vista e impresiones. Está claro que para gustos colores, pero no podemos negar que hablar del cine y las series que nos gustan siempre es una buena manera de pasarlo bien, sobre todo si es de zombis.

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